Descripción del proyecto



Alazne, vasca sin límites ni complicaciones
Hola chicos! soy Alazne una chica vasca de 27 años a la que le encanta el sexo sin límites ni complicaciones.
Soy muy complaciente. Me implico y entrego al 100%, como si fueras mi pareja.
Te hago el amor poniendo la máxima entrega y sin mirar el reloj, odio las prisas.
Nuestra cita será muy diferente a las que te tienen acostumbrado otro tipo de escorts mecánicas y aburridas con las que estas harto de pasar tan malos tragos.
Yo te prometo un encuentro lleno de pasión y complicidad.
LITERATURA ERÓTICA
Texto extraído de «La tetona de mi prima»
Autor: Krusty
Ella se puso frente a mí. Se inclinó y se apoyó en mis rodillas. Sus enormes ubres apenas se sujetaban dentro del top. Se puso de rodillas y me abrió las piernas. Mi polla crecía por momentos debido a tan excitante situación. Puso sus manos en mis caderas y tiró de mis pantalones y mis calzoncillos y mi polla, erecta y erguida (nunca la había visto tan larga y dura), apareció entre los dos. Empecé a notar un ardor en el vientre.
-Mírame a los ojos, mi niño-, dijo. Esto me puso más caliente. Nuestros ojos se encontraron. Se llevó una mano a la boca y lamió la palma. Después la bajó y empezó a masajearme la polla. Muy lentamente. Se veía que tenía experiencia y yo me quería morir del gusto. Ella empezó a sonreír.
-¿Te gusta?-.
-¡Oh, síííí!-.
-¿Quieres que aumente el ritmo?-.
-¡Sí, por favor!-.
Ella aumentó al velocidad. Yo no sabía dónde poner las manos. Me retorcía de gusto. Enseguida se me fueron los ojos a sus magníficos tetones. Estaban temblando y saltando debido al movimiento del brazo de mi prima. La miré otra vez a la cara. De pronto ella paró y se puso seria. ¿Se había acabado todo? Se miró a las tetas y luego me volvió a mirar a los ojos.
-Perdóname-, le dije, porque creí que esto la había ofendido.
-¡Qué pasa! Quieres que te haga una cubana, ¿verdad?-.
-Yo…yo…-.
Mi prima no dijo nada, sonrió, se llevó las manos al escote y tiró del top hacia abajo, lentamente. Sus enormes pechos saltaron hacia adelante y hacia abajo. Eran preciosos: grandes, con volumen, tenían una gran aureola rosada y un pezón que a mí me pareció algo pequeño, pero me encantó, y como su piel era pálida, se le notaban las venas. No estaban muy erguidos debido a su gran peso.
-¡Qué!, ¿no dices nada?-.
-¿Cuánto te…miden?-.
-Un poco más de 130 cm.-, contestó ella con una sonrisa orgullosa.
-S..son…mu…muy bonitos-. Mi prima se rió de mi estupidez y sus voluminosas mamas comenzaron a temblar. Ahí ya no pude más y me lancé hacia ellas. Las acaricié, las estrujé, las lamí, las chupé y las mordí. Eran blanditas y estaban muy calientes. Mi prima seguía riéndose. Me apartó y se abrazó los pechos, mirándome. Después se llevó otra vez la mano a la boca, la lamió y me acarició un momento la polla con su saliva. Se arrimó a mí, me echó el cuerpo para atrás y comenzó a hacerme una cubana estupenda. Empezó lentamente y luego aumentó el ritmo. Así estuvo unos 2 ó 3 minutos. Yo no aguantaría mucho más.
-¡¡¡Me voy a correr!!!-.
-¡No!, espera , mi niño-. Paró de hacerme la cubana y me hizo ponerme de pie. Así estuvimos unos segundos. Ella dijo:
-Ahora vamos a por el postre-. Sonrió. Me agarró la polla con su mano derecha y se la acercó a la boca. Comenzó a darle besitos en el glande, después la lamió entera y a continuación se la metió en la boca. Empezó a chuparla con fuerza, mirándome a los ojos.