Descripción del proyecto



Dianna, tu profesora del sexo
Hola esclavos, soy Dianna Dominante, la trans más sexy y viciosa. 26 años.
Voy a ser tu amante, tu ama, tu profesora del sexo más real y vicioso.
Todas tus fantasías conmigo se harán realidad, sin límites.
Soy MUCHO MAS ACTIVA.
¿Estás preparado para vivir una experiencia que no olvidarás jamás?
Te aseguro que tendrás vicio, lujuria y pasión extrema.
Tengo un polla que te dará mucha caña.
Te espero ansiosa para dártelo todo; lluvias, sadomasoquismo, copro, DOMINACIÓN, transformismo, fiesta…
¿Tienes fantasías? cuéntamelas.
LITERATURA ERÓTICA
Texto extraído de «Sumisa en el salón de clase»
Autor: La brujita sádica
Me arrodille delante de la cámara, tome el papel y empecé a leer el contrato.
«Las reglas de conducta y de cómo debo vivir en adelante como esclava y perra:
-Yo permaneceré siempre desnuda cuando esté sola o cuando mi dueño decida.
-Cuando no esté completamente sola, llevaré una minifalda y una camiseta al cuerpo, a menos que mi dueño diga lo contrario.
-Sólo comeré lo que mi dueño me permita y nunca usaré cubiertos a menos que esté mi familia delante.
-Siempre que coma, he de empapar mi comida con los jugos de mi coño o comer en el cuenco según decida mi dueño.
-Siempre tendré mi ano lubricado por si mi dueño decide usarlo.
-Siempre tendré mi pubis depilado completamente.
-Nunca usaré bragas o sujetadores a menos que mi dueño diga lo contrario.
-Si estoy sola en casa, dormiré siempre desnuda, a menos que mi dueño diga lo contrario.
-Nunca, bajo ningún concepto, me negaré a una orden de mi dueño.
-Siempre llevaré mi collar cuando esté sola o cuando me lo ordene mi dueño.
-Nunca tomaré ningún tipo de decisión personal sin consultar con mi dueño.
-Siempre llevaré un consolador en el culo, y cuando esté sola, pinzas en los pezones en todo momento, salvo instrucciones contrarias de mi dueño, además de tener el consolador negro siempre a mano.
-Siempre estaré sonriente
-Todas las mañanas cuando me despierte y todas las tardes cuando llegue del colegio me masturbaré, pero sin llegar al orgasmo nunca sin el permiso de mi dueño.
-Mi dueño es el propietario de mi sexualidad, él decide cuándo me corro.
-Estaré disponible sexualmente para cuantos hombres o mujeres decida mi dueño.
-Reconozco que obedeceré todas estas reglas sin dudas, así como todas las nuevas reglas y órdenes de mi dueño, para tratar de ser una buena perrita.
-Yo entiendo todas estas reglas, que mi vida está controlada enteramente por mi dueño y que a partir de ahora soy su esclava permanente para lo que quiera y que lo hago convencida de querer ser una esclava y una perra al servicio total de mi dueño.»